Desde que el hombre ha descubierto los placeres del sexo ha querido explorar para descubrir mejores maneras de aprovechar tan generoso don que nos ha dado la naturaleza. Una de las formas en las que el hombre ha tratado de mejorar sus relaciones sexuales es a través de la comida. Sin embargo, a lo largo de la historia se le han atribuido a ciertos alimentos propiedades afrodisíacas que realmente no tienen. ¿Existe algún alimento que tenga este tipo de poderes? ¿Cuáles son los afrodisíacos que han resultado ser un timo?
La mayoría de los afrodisíacos, un verdadero timo
Es el caso, por ejemplo, del chocolate al que se le han atribuido propiedades que no tiene. Se ha demostrado, eso sí, que aumenta el nivel de serotonina que da sensación de bienestar, pero de ahí a que aumente nuestras ganas…
La miel es otro de los alimentos a los que se le han atribuido propiedades potenciadoras del lívido en los hombres, sin embargo, aparte de su rico aporte en vitamina B y de sus otras propiedades beneficiosas para la salud, no podemos esperar nada más de ella.
¿Y las ostras? Desde siempre se ha pensado que son capaces de aumentar la potencia sexual del hombre, pero en la realidad, nos encontramos con que no hay estudios que avalen o apoyen que esto sea cierto.
Pero, ¿hay alguno que funcione?
La buena noticia es que sí. Hay algunos afrodisíacos que funcionan aunque no son, ni de lejos, los que nos han metido en la cabeza. La maca, por ejemplo, es uno de ellos. Se trata de una planta que se da en los Andes peruanos y cuyas raíces son capaces de aumentar el desempeño sexual de las mujeres y también de ayudar a los hombres a tratar problemas de disfunción eréctil.
El Ginseng es otro de los alimentos que ha demostrado tener cierta influencia tanto sobre las erecciones masculinas como en el aumento de apetito sexual por parte de las mujeres en etapa menopáusica.
Y si, esto es todo. Hasta el momento no existen estudios que nos permitan confirmar que haya más alimentos con propiedades estimulantes del apetito sexual. En cualquiera de los casos, cuando sentimos que nos faltan las ganas, lo primero que hay que mirar es si estamos a gusto con nosotros mismos y con nuestra pareja. Muchas veces atribuimos a nuestro cuerpo cosas que solo están en nuestra cabeza.
Y hablando de pensamientos, que estos alimentos tradicionalmente conocidos como afrodisíacos no tengan ninguna función sobre nuestro organismo que potencie el apetito o la potencia sexual, no significa que su consumo no tenga ningún efecto psicológico sobre nosotros. A veces, el simple hecho de compartir una comida deliciosa con la actitud correcta es más estimulante que cualquier afrodisíaco.
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